Juego colectivo se busca

El seleccionado argentino volvió a sufrir un traspié desde el punto de vista del resultado contra un equipo "timorato", de local esta vez. Es preocupante la racha de dos partidos oficiales en que el seleccionado sacó 1 punto de 6 en juego. Desde el punto de vista del rendimiento del equipo, elemento más consistente como para realizar un análisis serio de cualquier proyecto, incluído obviamente el de "Sabella" como DT, el seleccionado dejó dos caras. Si bien evidenció leves mejorías en cuanto a lo colectivo, sobre todo en el segundo tiempo, como reacción al "cachetazo" del gol de Bolivia y, producto de esa mejoría además de por falencias del equipo contrario, tuvo más chances de gol que en el partido anterior, la imagen global no es ni por asomos buena. Cabe destacar que, aunque el error técnico del árbitro, quien anuló un gol lícito argentino, pudo haber revertido al menos el resultado negativo, ese momento del fallido gol era el más flojo del seleccionado nacional. Y que el medio para llegar a ese gol fue un contrataque en el estadio local, con cancha casi llena, y con jugadores que en su mayoría acostumbran a jugar bien al futbol y ser protagonistas, cada uno a su manera, junto a sus equipos en los que juegan en el exterior. Seguramente serán ellos acusados de responsables por el periodismo y el dedo acusador mediático jamás llegará al mentor de este proyecto tan extraño llamado Julio Grondona. Más allá de la cortina, hay que destacar que para superar este complicado momento en que el resultado empieza a jugar un partido contra el proyecto elegido por Julio Grondona y compañía -así no se puede mantener ningún proyecto serio-, Sabella deberá trabajar los fragmentarios momentos de juego colectivo vistos, sobre todo en el partido de ayer, y profundizar la intención de querer hacer del seleccionado un equipo de futbol. Si no, deberá apelar a otros jugadores, diferentes a Messi, Pastore y Aguero, entre otros, para apostar a lo físico, meter a su equipo en su propio arco y apostar a los contrataques rápidos y efectivos que le generen "resultados". Porque el propio Sabella sabe que el crédito se agota. Y que siempre aparece otro entrenador (o ficha de recambio disponible) para disimular por 3 meses más el fracaso del futbol argentino generado por una dirigencia que no se encuentra ni por asomo a su altura.