Los nuevos clubes-empresas- ¿La salvación del fútbol?
10-2001
Las grandes deudas que mantienen las instituciones hacen pensar en una reestructuración. En este cambio, se plantea que los clubes se conviertan en empresas como principal medida. Segundo Enfoque analiza a fondo los casos donde se ha aplicado la supuesta solución para los equipos.
Por Mariano Barragán mbarragan@segundoenfoque.com.ar
La pésima situación económica del fútbol argentino se manifiesta en las diversas huelgas que realizaron los jugadores en el último tiempo. Hay quienes sostienen que los clubes deben realizar un cambio radical si pretenden subsistir. Para ello, varios dirigentes se propusieron seguir la línea de los equipos europeos: las instituciones se convierten en empresas, que asumen su propio pasivo. El gerenciamiento, tal como se llama a esta modalidad administrativa, obtuvo algunos adeptos. Uno de ellos y, sin dudas el más renombrado, es Racing Club de Avellaneda. La Academia, por sus abultadas deudas, debió presentar la quiebra y encontró en una empresa -Blaquiceleste S.A.- la salvación a su presente institucional y deportivo. Esta sociedad, liderada por Fernando Marín, se hizo cargo de todo el fútbol del club por el lapso de 10 años, con la obligación de cancelar el pasivo de $65.000.000 en el 2008 y de pagar los sueldos a los jugadores. De esta manera, todos los ingresos que Racing obtenga serán absorbidos por Banquiceleste, salvo aquellos que provengan de otras actividades deportivas o sociales. Ningún socio del club tuvo la posibilidad de expresar su parecer, ya que la privatización fue aprobada por la Cámara de Apelaciones de La Plata, con el aval del juez Enrique Gorostegui.
Otros casos
Además del conjunto de Avellaneda, Quilmes Atletic Club es otro ejemplo de la privatización en la Argentina, pero sin un final feliz. En abril del año pasado, el Grupo Exxel obtuvo los ingresos del fútbol hasta el 2010, con la opción de extender ese vínculo por otros 10 años. Sin embargo, los malos resultados dentro del campo de juego (desperdició 6 posibilidades de ascender) llevaron a que la compañía decidiera rescindir el contrato después de una temporada y media de trabajo. Además, las inversiones realizadas para cancelar el pasivo, ejecutar obras y mantener al plantel profesional alcanzaban un mondo de $10.987.698. Cerca de 390 socios, decidieron en asamblea aceptar la postura del Exxel y, de esta manera, el dinero proveniente del fútbol volvió a manos de la Comisión Directiva, que deberá entregarle al Grupo los derechos de 10 jugadores, por un valor de $1.700.000 Otro fracaso en el ámbito nacional se había dado en Corrientes. El Deportivo Mandiyú desapareció tras haber sido comprado por el político Osvaldo Cruz quien, en su afán por revertir la situación, había contratado en el 94 a Diego Maradona y a Carlos Fren como dupla técnica. Continúa en la lista de clubes privatizados Juventud Antoniana de Salta. En el pasado mes de julio, 50 socios aprobaron la propuesta del presidente Miguel Isa y, desde entonces, la empresa Interplayers S.A. encabeza la entidad.
Por el mundo
Poner en manos de una compañía el futuro de un equipo no siempre resulta una buena idea, y por ende, no garantiza que la crisis económica se revierta y, muchos menos, la obtención de resultados futbolísticos satisfactorios. A nivel mundial también existen tantos éxitos como fracasos. En España las dos instituciones más importantes y prestigiosas, el Real Madrid y el Barcelona, no están privatizadas. A su vez, el Valencia Fútbol Club que se encuentra gerenciado, consiguió importantes logros deportivos (dos finales de la Champions Legue), pero posee un pasivo de 100.000.000 de dólares. En Italia, todos los conjuntos son empresas y, en ese sentido, también podemos citar casos negativos. Meses atrás, un acreedor le pidió la quiebra por una deuda millonaria a la Fiorentina, ex equipo de Gabriel Batistuta. Entre los clubes sudamericanos, el Palmeiras de Brasil consiguió bajo gerenciamiento, tras asociarse con la empresa láctea Parmalat, importantes conquistas deportivas: la Copa Libertadores, la Copa Mercosur y varios campeonatos nacionales.
A favor y en contra
El gerenciamiento tiene en su haber experiencias de todos los gustos y, por lo tanto, las opiniones de quienes están involucrados en el fútbol son variadas. Para Carlos Pandolfi, secretario adjunto de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), la llegada de empresas al deporte no significa la mejor opción. Nosotros no renegamos la posibilidad de inserción de sociedades, pero tampoco creemos que puede llegar a ser la salvación de los clubes. Existen casos en otros países en donde se han gerenciado instituciones y no les ha ido bien, pues mucho tienen que ver las administraciones de los directivos. Los equipos del ascenso son los más golpeados por la recesión que atraviesa la Argentina. Sin embargo, Sergio Shapiro, vicepresidente del Club Atlético Atlanta -de la Primera B Metropolitana- comenta que no pretenden convertirse en una empresa. Creemos que nosotros podemos salir adelante por nuestros medios. Atlanta no avala la posibilidad del gerenciamiento. Debemos gastar poco y conseguir muchos recursos. Desde todos los sectores se manifiesta que la situación del fútbol argentino debe cambiar pero no hay una coincidencia sobre el camino que se debe seguir. Existen muy malas administraciones y, por lo tanto, hemos llegado a una crisis terminal que debe resolverse entre todas las partes, priorizando al deporte y después a terceros, concluyó Pandolfi.
Fuente: "Segundo Enfoque"
Las grandes deudas que mantienen las instituciones hacen pensar en una reestructuración. En este cambio, se plantea que los clubes se conviertan en empresas como principal medida. Segundo Enfoque analiza a fondo los casos donde se ha aplicado la supuesta solución para los equipos.
Por Mariano Barragán mbarragan@segundoenfoque.com.ar
La pésima situación económica del fútbol argentino se manifiesta en las diversas huelgas que realizaron los jugadores en el último tiempo. Hay quienes sostienen que los clubes deben realizar un cambio radical si pretenden subsistir. Para ello, varios dirigentes se propusieron seguir la línea de los equipos europeos: las instituciones se convierten en empresas, que asumen su propio pasivo. El gerenciamiento, tal como se llama a esta modalidad administrativa, obtuvo algunos adeptos. Uno de ellos y, sin dudas el más renombrado, es Racing Club de Avellaneda. La Academia, por sus abultadas deudas, debió presentar la quiebra y encontró en una empresa -Blaquiceleste S.A.- la salvación a su presente institucional y deportivo. Esta sociedad, liderada por Fernando Marín, se hizo cargo de todo el fútbol del club por el lapso de 10 años, con la obligación de cancelar el pasivo de $65.000.000 en el 2008 y de pagar los sueldos a los jugadores. De esta manera, todos los ingresos que Racing obtenga serán absorbidos por Banquiceleste, salvo aquellos que provengan de otras actividades deportivas o sociales. Ningún socio del club tuvo la posibilidad de expresar su parecer, ya que la privatización fue aprobada por la Cámara de Apelaciones de La Plata, con el aval del juez Enrique Gorostegui.
Otros casos
Además del conjunto de Avellaneda, Quilmes Atletic Club es otro ejemplo de la privatización en la Argentina, pero sin un final feliz. En abril del año pasado, el Grupo Exxel obtuvo los ingresos del fútbol hasta el 2010, con la opción de extender ese vínculo por otros 10 años. Sin embargo, los malos resultados dentro del campo de juego (desperdició 6 posibilidades de ascender) llevaron a que la compañía decidiera rescindir el contrato después de una temporada y media de trabajo. Además, las inversiones realizadas para cancelar el pasivo, ejecutar obras y mantener al plantel profesional alcanzaban un mondo de $10.987.698. Cerca de 390 socios, decidieron en asamblea aceptar la postura del Exxel y, de esta manera, el dinero proveniente del fútbol volvió a manos de la Comisión Directiva, que deberá entregarle al Grupo los derechos de 10 jugadores, por un valor de $1.700.000 Otro fracaso en el ámbito nacional se había dado en Corrientes. El Deportivo Mandiyú desapareció tras haber sido comprado por el político Osvaldo Cruz quien, en su afán por revertir la situación, había contratado en el 94 a Diego Maradona y a Carlos Fren como dupla técnica. Continúa en la lista de clubes privatizados Juventud Antoniana de Salta. En el pasado mes de julio, 50 socios aprobaron la propuesta del presidente Miguel Isa y, desde entonces, la empresa Interplayers S.A. encabeza la entidad.
Por el mundo
Poner en manos de una compañía el futuro de un equipo no siempre resulta una buena idea, y por ende, no garantiza que la crisis económica se revierta y, muchos menos, la obtención de resultados futbolísticos satisfactorios. A nivel mundial también existen tantos éxitos como fracasos. En España las dos instituciones más importantes y prestigiosas, el Real Madrid y el Barcelona, no están privatizadas. A su vez, el Valencia Fútbol Club que se encuentra gerenciado, consiguió importantes logros deportivos (dos finales de la Champions Legue), pero posee un pasivo de 100.000.000 de dólares. En Italia, todos los conjuntos son empresas y, en ese sentido, también podemos citar casos negativos. Meses atrás, un acreedor le pidió la quiebra por una deuda millonaria a la Fiorentina, ex equipo de Gabriel Batistuta. Entre los clubes sudamericanos, el Palmeiras de Brasil consiguió bajo gerenciamiento, tras asociarse con la empresa láctea Parmalat, importantes conquistas deportivas: la Copa Libertadores, la Copa Mercosur y varios campeonatos nacionales.
A favor y en contra
El gerenciamiento tiene en su haber experiencias de todos los gustos y, por lo tanto, las opiniones de quienes están involucrados en el fútbol son variadas. Para Carlos Pandolfi, secretario adjunto de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), la llegada de empresas al deporte no significa la mejor opción. Nosotros no renegamos la posibilidad de inserción de sociedades, pero tampoco creemos que puede llegar a ser la salvación de los clubes. Existen casos en otros países en donde se han gerenciado instituciones y no les ha ido bien, pues mucho tienen que ver las administraciones de los directivos. Los equipos del ascenso son los más golpeados por la recesión que atraviesa la Argentina. Sin embargo, Sergio Shapiro, vicepresidente del Club Atlético Atlanta -de la Primera B Metropolitana- comenta que no pretenden convertirse en una empresa. Creemos que nosotros podemos salir adelante por nuestros medios. Atlanta no avala la posibilidad del gerenciamiento. Debemos gastar poco y conseguir muchos recursos. Desde todos los sectores se manifiesta que la situación del fútbol argentino debe cambiar pero no hay una coincidencia sobre el camino que se debe seguir. Existen muy malas administraciones y, por lo tanto, hemos llegado a una crisis terminal que debe resolverse entre todas las partes, priorizando al deporte y después a terceros, concluyó Pandolfi.
Fuente: "Segundo Enfoque"
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